Hace millones de años, en el Cretácico Superior, el municipio de Castrojimeno (Segovia), estaba sumergido bajo las aguas de un mar de escasa profundidad. Las condiciones bioclimáticas eran muy distintas por aquel entonces de las que encontramos en la actualidad, con un clima subtropical predominante, propiciando la existencia de aguas cálidas favorables para el desarrollo de colonias de corales que constituían arrecifes.
Con el paso del tiempo, estos arrecifes acabaron por fosilizarse. Los de Castrojimeno están considerados como unos de los mejor conservados y de mayor entidad. Su importancia científica y su excelente grado de conservación, que ha llegado a despertar el interés de geólogos de todo el mundo, así como su declaración como Lugar de Interés Geológico, nos hablan del gran valor y el atractivo de lo que podemos encontrar en esta zona.
Los restos fosilizados del “arrecife de Castrojimeno”, como se conoce, albergan organismos de todo tipo: algas, erizos de mar, moluscos, corales…